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La imagen que nos imaginamos.

Hay veces que sin conocer físicamente a una persona ya nos imaginamos como puede ser. Por ejemplo yo hace unos meses por mi trabajo hablaba por teléfono con un montón de gente de toda España y no sé porque pero solo con escucharles yo ya me imaginaba como eran. Les ponía cara, edad, incluso los encasillaba en un estilo.
También me pasa cuando oigo la radio no les veo pero me los imagino y luego cuando veo una imagen de ellos me sorprendo. Pero incluso imagino gente de la que no escucho su voz, cuando leo un libro también imagino como son esos perosonajes aunque el autor los describa mínimamente.
Cuando sé que me van a presentar a alguien o antes de conocer una persona siempre antes imagino como pueden ser. Pero esto no se queda aquí ya que cuando conozco a una persona siempre imagino ¿qué será lo que esta pensando? sí me esta diciendo que le gusta esto o aquello pero ¿será verdad o lo esta diciendo para quedar bien? ¿realmente es así o esta manteniendo una imagen?

5 comentarios

Natalia -

Supongo que sí.

Narú -

Llegamos a ser muy retorcidos

Natalia -

Seguro que te sorprenderías si supieras lo que piensan los demás o es que ¿nunca te has sorprendido de lo que llegas a pensar tu misma?

Narú -

A mi también me pasa con los libros. Imagino a un personaje o un escenario de un libro y pueden pasar varios años y al leerlo de nuevo vuelvo a imaginármelos igual.

Lo que piensa una persona cuando nos conoce o cuando nos habla es y será un misterio. Me gustaría tener el poder de robar los pensamientos de la gente. Me llevaría mas de una sorpresa.

qvark -

Me pasa mas o menos lo mismo. Parece inevitable que le demos una cara a las personas que escuchamos o los personajes de una novela. O incluso cuando alguien te habla acerca de un amigo suyo y tu preguntas cómo es. Es como un juego, pero por lo general no acierto ni una cuando me imagino las caras de la gente...
Pero aunque no puedo evitar pensar que lo que me dicen puede ser todo mentira y sólo quieren aparentar, prefiero por lo general dar el beneficio de la duda y creer en lo que me dicen. Luego a veces me llevo palos, pero al menos se que no es culpa mía...