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La playa

Desde que vivo en el interior lo que más echo en falta es el mar. No hay nada mejor que asomare a la playa y que la brisa te de en la cara. Eso hace que me sienta más libre y que respire mejor. Cuando era pequeña vivía en San Sebastian, la ciudad más maravilosa de España. Allí aprendí muchas cosas pero sobre todo aprendí a necesitar el mar. En cierta medida me enamoré del mar: de los amaneceres, de los atardeceres, de las noches, de los medíos días, de las tardes y de las mañanas mirando el mar en la barandilla de la Concha. De los paseos por el Paseo Nuevo, de las carraquelas y de las nécoras, de los percebes y la txatka.
Conozco mejor San Sebastian que la ciudad en la que vivo ahora. Muchas veces pienso que cuando me jubile iré a vivir de nuevo allí. Ahora no puedo hacerlo por varios motivos: no conozco el euskera y el precio de la vivienda.
Cuando vivía allí no valoraba la playa lo suficiente lo malo es que de eso me he dado cuenta ahora. Asomarme a la bahía de la Concha para ver como la marea sube o baja. Para ver a los corcones. Mirar hacia Igueldo o ir en barca hasta la Isla de Santa Clara. Subir a Urgull para ver los fuegos artificiales y luego comerme un helado de limón al beso en la heladería italiana.
Y los fines de semana de pintxos por el casco viejo o por el centro: Txepetxa (entre la brecha y la plaza de la Constitución), el Tamboril, el Beti Jai, el Martínez, el Negresco y muchos otros.

Mi infancia

3 comentarios

Natalia -

El Euskera no me supone ningún impedimento para volver pero no conocer el euskera aumenta la dificultad para buscar empleo. Y para mi supone un gran esfuerzo aprenderlo.

yildelen -

Es una ciudad maravillosa como bien dices, tengo la suerte de conocerla desde hace algo más de un año, y suelo ir con cierta frecuencia. ¿Estás segura que el euskera es un impedimento para volver?.

Susi -

Asi como echas de menos San Sebastián yo hoy echo de menos Buenos Aires, que no tiene mar, pero tiene un río muy ancho en el que entre mosquitos y luna me enamoré...
En fin... que la mente siga jugando con la tristeza y lso recuerdos... un besiño