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Invertir en Felicidad

Hace unos días vi en televisión un anuncio de un hombre que defendía la necesidad de invertir en la investigación sobre la felicidad. Puede que tenga razón... 

¿Te acuerdas de la última vez que te sentiste feliz? ¿Te acuerdas de lo que hiciste previamente? sí que hiciste para ser feliz. En muchas ocasiones hacemos las cosas para ser felices pero en pocas ocasiones conseguimos sentir la felicidad.

Yo todas las veces que he sido feliz, ha sido sin querer, sin buscarlo expresamente. La felicidad que llega por sorpresa. Pero entonces si yo ahora quiero sentirme feliz ¿Cómo lo hago? ¿Qué hago? esperar a que llegue o ir en su busca.

Prefiero ir en su busca, porque llegue o no por lo menos tengo la ilusión de que llegue, que no es poco. También tengo la esperanza de que las cosas mejoren o que al menos no vayan a peor. A todos, o al menos a la mayoría, nos resulta difícil describir la felicidad pero todos somos capaces de saber cuando estamos/somos felices y cuando no. Me refiero a la felicidad como un sentimiento embriagador que nos envuelve y en ocasiones hasta nos cuesta respirar. Nos gustaría gritar a los cuatro vientos que somos felices que no podemos ser más dichosos. Que estamos contentos.

Hoy me he levantado un poco triste, un poco enfadada y aunque el cielo sigue encapotado, siento el calor de un pequeño rayo de sol.Hoy me he levantado un poco triste, un poco enfadada y aunque el cielo sigue encapotado, siento el calor de un pequeño rayo de sol.

5 comentarios

DuNa -

La felicidad no es el fin, es el camino. Deberíamos investigar ese camino, aunque nos cueste tristezas desentrañarlo. ¿Por cada tristeza, no viene más tarde una sonrisa? Búsquemosla :-)

Eddy -

Para mí, los estados de ánimo son como una onda que sube y baja compensándose continuamente. Cuando estás en la zona de bajada, has de recorrerla entera para poder asomarte de nuevo al punto que en el que tu estado anímico comienza a recuperarse. Los intervalos, la frecuencia y la intensidad son variables, pero, al compensarse, unen períodos de gran felicidad con otros de absoluta miseria. Yo pensaba que lo mejor era mantener siempre una línea recta, pero ahora creo que si ignoramos nuestras emociones nos deshumanizamos y que, esos momentos de felicidad, compensan el largo período que podemos llegar a pasar sumidos en el pozo de nuestras agonías.

En mi opinión la felicidad no se busca. La felicidad llega a uno en un momento en el que la balanza entre las alegrías y las preocupaciones se inclina en favor de la primera por una serie de acontecimientos positivos.
Bueno, al menos eso es lo que pienso hoy.
Un saludo.

miguel -

hola amiga, vengo a saludar y q desearte un año lleno de arte y felicidad.
hasta siempre > miguel

Brisa -

Pues yo estoy de acuerdo, en que deberíamos poder descubrir algo más de como ser capaces de desarrollar la felicidad de nuestro ser, la que habita en nosotros. En realidad para mí la felicidad es un estado, una forma de vida, igual que lo es el amor. Aunque no siempre soy congruente con lo que pienso...

Creo que la felicidad igual que los momentos perfectos, suceden cuando nos dejamos fluir, cuando somos capaces de ser lo que hacemos.

Natalia, a veces la tristeza es necesaria, quizás solo necesitamos escuchar lo que tiene que comunicarnos y dejarla marchar después..

Un besito lleno de luz y sonrisas :)

dani -

No recuerdo qué hice la última vez para ser feliz, pero es cierto que la felicidad llega por sorpresa. En ese sentido creo más en esperar a que llegue (sin que esperar signifique estar parado esperando) a perseguir la felicidad. Entre otras cosas porque no sé hacia dónde correr para encontrarla.

De todas formas, desde hace un tiempo creo que la felicidad no es una meta, sino un camino. No es un momento en el tiempo, sino un estado en el que te encuentras. No entiende de tiempo. Vivir de acuerdo a unos principios, siguiendo tus deseos (o ilusiones). O tal vez la felicidad te llega a ti cuando consigues olvidarte por completo de tu felicidad y te vuelcas en la felicidad de los demás. En ese momento, cuando menos te lo esperas (porque no lo estabas esperando), te llega la sorpresa y descubres que eres feliz, que lo que plantaste en su dia sin preocuparte de cuándo ni como lo recogerías, o ni siquiera si ibas a poder recogerlo, lo recoges ahora y te hace feliz.

Para mí está ahí el truco, aunque reconozco que muchas veces me resulta MUY difícil no esperar nada a cambio.

Y ánimo, que el pequeño rayo de sol puede ser muy útil. Las cosas buenas vienen en cajitas pequeñas. :)